El artista que hizo de su virginidad una obra de angustia y crítica.
- Sofía Olmos
- 30 ene 2017
- 2 Min. de lectura
En 1975 el artista pop, Andy Warhol, publicó su libro ‘La filosofía de Andy Warhol (De la A a la B, y de regreso)’ en donde se dedica en gran parte a hablar y teorizar sobre el amor.

Enamorarse de alguien es inventar un fantasma de esa persona, es verter en ella todos nuestros deseos y fantasías. En la acumulación de éstas y su choque contra la realidad es donde radica la mayor angustia por el sexo y el amor, escribió Warhol.

Algunas de sus piezas más reconocidas son retratos, en los que puso en evidencia que la figura de las personas famosas está, en gran parte, conformada por el deseo de su público que deposita en ellos sus aspiraciones y anhelos. Hoy, las pantallas que tenemos delante todo el tiempo hacen esto constantemente.

Warhol pensaba: "Las atracciones más emocionantes son entre dos contrarios que nunca se encuentran”.
El nacido en 1928, en la ciudad de Pittsburgh, quien hizo de su proceso de creación el mismo foco de su obra y de su propia imagen, parte integral y central de su propuesta, confesó a su biógrafo en 1980, que seguía siendo virgen.

Pasados los 50, Andy Warhol seguía siendo virgen o al menos eso fue lo que se supo seis años antes de su muerte, después de haber sacudido y revolucionado el mercado y las propias reglas del arte.
Los últimos diez años de su vida llevó un diario que se publicó póstumamente. En él sólo hay una alusión directa al tema de su virginidad:
«Martes 17 de febrero, 1981. Estuve viendo un concurso de televisión, ‘Blockbusters’, con Bill Cullen. Había dos negros, un guardia y su primo, contra una chica blanca. El nivel era “Letras”. La pregunta era: Andy Warhol es… “V”. Y (risas) ella acertó, dijo: “Virgen”. Y luego Bill Cullen dijo: “Correcto, a los 51”. Ganó 500 dólares y llegó hasta 12 mil.»

En otra ocasión llegó a comentar: “Lo más excitante es no hacerlo. Si te enamoras de alguien y nunca lo hacen es mucho más excitante”. A lo que se refería era precisamente a que al hacerlo, la imagen que se tiene del amante choca con la realidad y todo el deseo y fantasías que conformaban esa imagen espectral, se desvanecen.
Warhol, que se identificó como gay y cuya obra se basó en gran medida en su participación en la comunidad LGBT, puso en primer plano, desde sus cuadros, sus piezas y sus declaraciones, la ambivalencia y conflicto cultural que seguía, y sigue existiendo, existiendo en la relación de amor y sexo.
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